lunes, 9 de diciembre de 2013

El desencanto

“Todo lo que yo sé sobre el pasado, el futuro y, sobre todo, el presente de la familia Panero es que es la sordidez más puñetera que he visto en mi vida, que son todos una panda de memos, desde las tías a los famosos tatarabuelos” "El fin de raza es el fin de raza"
Michi Panero


Título original: El desencanto
Año: 1976

Duración: 97 min.
País: España
Director: Jaime Chávarri
Guión: Jaime Chávarri
Música: Franz Schubert
Fotografía: Teo Escamilla (B&W)
Reparto: Felicidad Blanc, Juan Luis Panero, Leopoldo María Panero, Michi Panero
Productora: Elías Querejeta P.C.
Género: Documental. Familia. Biográfico. Película de culto
Sinopsis:
El poeta Leopoldo Panero murió en 1962 en Astorga (León), su ciudad natal. Catorce años más tarde Felicidad Blanc, su viuda, y sus tres hijos evocan aquel caluroso día de agosto. Y a partir de ese recuerdo surgen otros que se van encadenando. Y a través de la palabra y del recorrido por habitaciones, objetos, calles y lugares perdidos, se desvela la historia de unos años y de unas personas unidas por vínculos familiares que en ningún momento huyen de la expresión de sus diferencias y de sus identidades. (FILMAFFINITY).

La película supuso un escándalo en el momento de su estreno, pocos meses después de la muerte de Franco, y automáticamente se convirtió en una obra de culto del cine español. a pesar de que inicialmente, la intención de Chávarri no era reflejar el desencanto de la España del franquismo, acabó reflejando el declive final del franquismo y la decadencia de una familia aristócrata en la élite durante el franquismo. Esto se interpretó como una alegoría del desmoronamiento definitivo de la dictadura al asociar la figura del padre Leopoldo Panero muerto con la muerte de Franco.



En ella nos encontramos con cinco personajes:

1) Leopoldo Panero (1909-1962), el padre. El gran ausente, del que todos hablan (mal) sin que nadie lo defienda. Sólo aparece indirectamente al comienzo y al final: su estatua amordazada, y el epitafio final. Considerado el “poeta oficial del franquismo”, su obra ha caído en el olvido, aunque para algunos es el poeta más auténtico de la estirpe. Mantuvo una gran amistad con el poeta Luis Rosales. Este es el epitafio que él mismo se escribió:
Ha muerto
acribillado por los besos de sus hijos,
absuelto por los ojos más dulcemente azules
y con el corazón más tranquilo que otros días,
el poeta Leopoldo Panero,
que nació en la ciudad de Astorga
y maduró su vida bajo el silencio de una encina.
Que amó mucho,
bebió mucho y ahora,
vendados sus ojos,
espera la resurrección de la carne
aquí, bajo esta piedra.

2) Felicidad Blanc (1913-1990), la madre. Altiva, elegante, sofisticada, clasista, con ciertos tics de malvada. Niña bien y guapísima. Leopoldo Panero le dedicó unos versos y ella se enamoró. Presunta culpable de todas las desgracias de la familia.

3) Juan Luis Panero (1942-2013), el hermano mayor. Como personaje, resulta el menos agraciado e interesante de todos, a gran distancia del resto. Incluso cae un poco mal. Con acento mexicano y ademanes ridículos.

4) Leopoldo María Panero (1948), el último poeta maldito. El más joven de los nueve novísimos. Fuma compulsivamente y acabaría siendo devorado por su personaje. Unos lo consideran el poeta más grande de las últimas décadas; otros creen que es más personaje que autor. Ha sido un poeta maldito y su vida se ha correspondido con su personaje: problemas psiquiátricos (“Me he prohibido todas las emociones, porque sufriría mucho. Nadie quiere a un loco. Qué solos se quedan los locos….”), estancias en manicomios, medicación, dejarse violar por otros enfermos por un paquete de tabaco, etc. Resulta descorazonador cuando se queja de que sus hermanos no van nunca a verle al psiquiátrico:“A Michi le quiero un poco, y a Juan Luis también le quiero un poco, pero en fin… Seis años sin que vengan por lo menos un día a traerme chocolatinas… Eso no se comprende”. Su Poesía completa (1970-2000), en edición de Túa Blesa y publicada por Visor, es uno de los libros fundamentales de la poesía española contemporánea.

5) Michi Panero (1951-2004), el hermano pequeño. También conocido como el hombre al que casi conoció Nacho Vegas. Irónico, agudo, entrañable, seductor, descreído, el más lúcido de todos. Es el único Panero que no quiso dedicarse a la literatura. La idea de El desencanto la tuvo él, y fue él quien escribió el guión. Fue uno de los personajes fundamentales de la Movida Madrileña y después se dedicó a vivir la vida dilapidando su herencia hasta que murió en 2004, tras una larga y penosa enfermedad. Esta es su última entrevista.



En la historia observamos una postura absolutamente antipolítica y plenamente estética, con la que el espectador del momento descubría que había algo más que la existencia o no de libertades. Supuso una sacudida intelectual y moral para toda una generación. Es el relato de un fin de raza, la decadencia de una familia de la burguesía franquista, condenada a desaparecer y a desintegrarse en el que hay reflexiones y criticas con una dureza a la que los espectadores no estaban acostumbrados.

Sobre el título de la película, la palabra "desencanto" no se utilizaba, y el director explica que "utilizaba desencanto como desencanto de una familia que creció en el franquismo, y tras la muerte del padre llegó a la ruina".



Fue la última película sobre la que tuvo influencia la censura. Querían censurar todo, las referencias a las drogas, etc. Pero, al final, sólo obligaron a realizar un corte en el que Leopoldo María Panero habla de sus experiencias sexuales en la cárcel.


Después de tantos años, es la continuación del documental, dirigida por Ricardo Franco en 1994,  casi 20 años después de El desencanto, y rodada cuando ya había muerto la madre.


Algunos recursos útiles:

  • Ernesto Baltar: Los Panero, un fin de raza literario (I) y (II)










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